lunes, 30 de junio de 2008

Crisis de la mediana edad

Estaba apoyado sobre la balaustrada de mármol mirando sin ver la puesta de sol por culpa de sus pensamientos. Los mejores momentos de su vida habían ido dando paso a estos tiempos casi aciagos en los que no veía sentido a nada de lo que había hecho y su misma existencia resultaba absurda, vacía. Todo cuanto había hecho parecía bueno en su día, y lo que era mejor: la gente parecía sinceramente agradecida. Y hoy en día, en lo que debían ser sus mejores años, los frutos se marchitaban y pudrían antes de haber madurado lo suficiente como para disfrutarlos durante su vejez.

El día acabó de ponerse y tuvo un escalofrío. Se sentía destemplado ahí fuera, solo. Dio media vuelta y se volvió a sus aposentos. Era muy duro ser el dios que creó a los hombres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joder tio... que profundo!!!! me ha encantado, da mucho que pensar.
He estado de viaje unos dias y no he podido leer tus relatos, pero ahora los he hecho de un tirón, y son muy densos. Una ola por todos ellos.