Cada vez que vuelvo al cementerio lo hago lleno de pesar: sin miedo pero con una tristeza que carga cientos de años de cansancio sobre mis hombros. Cuántas veces habré entrado y salido de una fosa no lo sé; innumerables. Y tampoco sé si ando entre muertos o vivos. O de quiénes me sustento. Sólo soy una sombra en el cementerio. Sólo soy el ayudante del enterrador.
martes, 11 de noviembre de 2008
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1 comentario:
ta bain
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