Abrió los ojos y sólo veía lucecitas de colores. Le dolía horrores la cabeza. Demasiado alcohol. Trató de sentarse pero se escurrió y se golpeó la cabeza con algo duro. Estaba hasta los cojones de las dichosas lucecitas. Trató de moverse de nuevo y lo dejó por imposible. Se durmió.
Lo peor llegó a la mañana siguiente cuando sus padres le encontraron dormido semidesnudo bajo el árbol de Navidad.
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