Llevaba caminando por aquel pasillo toda la mañana y no parecía que fuera a detenerse pronto. Seguía moviéndose hacia el frente sin cuestionarse nada. Como siempre había hecho. Siempre había funcionado.
Había millones como ella por todo el país. Millones a quienes no importaba la política, la economía, lo que sucedía por el mundo. Millones que sólo vivían para alimentarse, trabajar y buscarse un hogar. No aportaban nada bueno y encima destrozaban aquello por lo que él luchaba. Qué asco le daban.
El forestal pisó a la oruga que se había quedado atrapada en el neumático y se encendió un pitillo.
Había millones como ella por todo el país. Millones a quienes no importaba la política, la economía, lo que sucedía por el mundo. Millones que sólo vivían para alimentarse, trabajar y buscarse un hogar. No aportaban nada bueno y encima destrozaban aquello por lo que él luchaba. Qué asco le daban.
El forestal pisó a la oruga que se había quedado atrapada en el neumático y se encendió un pitillo.
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