Se sentía el vampiro más desgraciado del mundo. En realidad, el más estúpido. Claro, ser el único vampiro de un importante lugar turístico era algo de lo que sentirse contento. Sangre fresca y variada y nunca diezmaba a la población local. Al menos en teoría.
Lo que fallaba era haber elegido como su hogar el Cabo Norte en Noruega. Turistas que venían a ver el sol de medianoche.
Lo que fallaba era haber elegido como su hogar el Cabo Norte en Noruega. Turistas que venían a ver el sol de medianoche.
1 comentario:
En dos palabras impre-sionante. Jejeje. Pobre vampiroooooo!!!!!!
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