Por ahí no debería caber un caballo. Y sin embargo cabía. Menudo desastre. Los planes de ataque que había preparado se iban a venir abajo, y todo por culpa de ese chico que sabía manejar un caballo como nadie y se había colado entre sus filas.
A ver cómo salía de esta. No pensaba que el Ajedrez fuese tan adictivo.
A ver cómo salía de esta. No pensaba que el Ajedrez fuese tan adictivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario