sábado, 27 de marzo de 2010

El queso tenía moho

A pesar de estar empapado de sudor la nevera le tiraba más que la ducha. Mira que llevaba meses corriendo pero los últimos días se sentía más débil de lo normal y esa mañana casi le había dado una pájara a mitad de la carrera. Claro que estaba a régimen para perder peso y ponerse en forma, pero tenía que cuidar más su dieta si no quería lesionarse, no era cosa de broma.

Se quitó la camiseta y la tiró sobre la mesa de la cocina, luego abrió la puerta de la nevera y miró dentro. Plátanos -buenos por el potasio-, yogures, boquerones en vinagre, arroz con verduras de hacía tres días que debía estar hasta crujiente, verduras más o menos frescas salvo una berenjena que empezaba a arrugarse y coger un tono marrón nada apetecible, leche de soja, leche semidesnatada y dos tarrinas de queso fresco. Queso fresco era lo que le apetecía. Bebió del brick un par de tragos de leche de soja y cogió una de las tarrinas, una cuchara y se fue al salón a ver la tele mientras.

Levantó la tapa y se encontró con una floreciente civilización de colonias de hongos verdenegruzcos. Por un momento estuvo a punto de arrojarla con toda su frustración contra la tele pero vivía solo y le iba a tocar limpiar. Además, Turro meneaba la cola y se lo comería y a la mañana siguiente le tocaría limpiar su diarrea de la alfombra. Inspiró hondo y se lo llevó a la cocina. Vació el contenido en la bolsa de orgánica y echó el envase en la bolsa amarilla. Vuelta a la nevera.

Pies encima de la mesa, varios energúmenos hablando de las últimas corruptelas de los partidos políticos en la tele y cara de gilipollas con su nueva y aún más magnífica colonia fúngica quesofresquil. Puta mierda de supermercado descuento. Pero putísima mierda. Al final se comió un plátano y unos boquerones con pan de molde.

Después de soltar un par de pedos en el sofá decidió que era el momento de vaciar su bolsa de deporte. Abrió la cremallera y se encontró con los billetes del banco que acababa de atracar pringados de pintura antirrobo fucsia fluorescente. El tercer puto queso con moho del día.

3 comentarios:

Katy dijo...

Jajajaja, muy bueno. Me ha encantado y me ha divertido las dos cosas, ¡¡¡Cuidado con el moho, que asco!!!
Un besi

Maria dijo...

Hola Natxo:
Magnifico relato, muy realista. Ya me ha pasado a mi alguna vez lo del queso...
Un tipo duro, eh? el del relato.
Me he reido mucho, y me pareció vivir ya alguna vez parte de la escena, quitando lo de los billetes, jejejejeje
Un beso y que disfrutes de tu domingo

Anónimo dijo...

Hola Natxo!! Muy bueno amigo, el final me hizo sonreir, totalmente inesperado. Jajaja
Tu imaginación no tiene descanso.
Besossss