Un pedazo de pan seco en la mesa era todo cuanto tenía. Él también. Sendos platos vacíos, dos tenedores y un par de vasos con nieve fundida para beber. El hambre rondaba la choza, ambos eran conscientes. Se miraron a los ojos y sonrieron, seguían pensando las mismas cosas en las mismas circunstancias.
Los equipos de rescate encontraron dos cuerpos abrazados sobre el catre. En la mesa, dos pedazos de pan pinchados en los tenedores.
Las botas, sin embargo, seguían teniendo suelas.
Los equipos de rescate encontraron dos cuerpos abrazados sobre el catre. En la mesa, dos pedazos de pan pinchados en los tenedores.
Las botas, sin embargo, seguían teniendo suelas.
2 comentarios:
Que hermoso es cuando tienes a alguien a tu lado que piensa igual que tu, las decisiónes se hacen mas llevadera.
Triste pero linda historia.
Un beso
A mi me sugiere que se murieron de inanición por su incapacidad de moverse. Habían tirado la toalla ante la vida y eligieron ese camino tal vez, o no encontaron suficientes motivos para luchar.
Un abrazo
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