Las cuatro cabritas se habían puesto a comer zanahorias como posesas. De los tres sacos que había guardado en el granero quedaban sólo algunos trozos masticados entre las telas desinfladas.
Podía enfadarse. Podía darles a las cabras con un palo. Podía incluso hacer como que no había pasado nada.
Pero a ver cómo preparaba ahora su famoso estofado de cabra con zanahorias.
1 comentario:
Yo creo que las cabritas se olieron lo que les esperaba y por eso decidieron zamparse las zanahorias.
Pero... tambien hay un probolema o mejor dicho una ventaja, que asi no tenía que pelar zanahorias para hacer su estofado, ya las cabritas venían con la zanahoria incluida, jejejeje
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