Tenía el corazón helado. Menudo accidente: un matrimonio y sus dos hijos muertos bajo un camión. Las ambulancias había llegado muy pronto pero el matrimonio y la niña habían resultado decapitados y el niño, aunque respiraba cuando habían llegado los servicios de emergencia, no pudo ser mantenido con vida ni reanimado.
Manolo fue corriendo al Hospital. Le acababan de despertar, las 4:07. El tiempo corría en su contra. Cogió un taxi, tardaría menos. Entró por la puerta de Urgencias y se dirigió corriendo al mostrador. ¿En qué quirófano tenía que hacer el trasplante?
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2 comentarios:
Una vida se apaga para iluminar otra vida. Una pena da lugar a una ilusión, una tristeza a una alegría, una desesperanza a una esperanza....
Que optimismo.Un poco más de esperanza no te vendría nada mal. ¿Es todo tan terrible acaso?
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