Fuera hacía un día horrible: sin una sola nube, caluroso. Tenía algo de dinero en el bolsillo -monedas y un par de billetes pequeños- pero no quería gastarlo a no ser que fuera necesario. Tenía ganas de irse ya de esa ciudad llena de vagos y maleantes. Y en un par de horas lo haría. Mira, se tomaría una cervecita para celebrarlo.
A las 19:21 los pasajeros del autobús con destino a Valcepeda se amotinaron en el andén 5: nadie sabía dónde se había metido el conductor.
1 comentario:
Muy bueno!!!! Inesperado, sorpresivo...
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