Llegó el día en el que compraron un tractor en la granja. Los burros ya no eran necesarios. Lograron vender casi todos a granjas vecinas salvo los dos más viejos. Esos dos ya sólo eran un estorbo y la decisión fue sencilla. Los sacrificaron y se los dieron de comer a los perros.
Esa noche Canelo no fue a jugar con los burros. Estaba empachado de carne.
1 comentario:
me enkanta!
kanelo...uuuhhh
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