Por más que estrujaba el tubo de pasta dentífrica no conseguía que saliesen las rayitas rojas a los lados. Y en la caja se veía perfectamente como salía la pasta con rayas rojas. Joder, si por eso mismo la había comprado, a pesar de que la pasta verde transparente costaba 20 céntimos menos. Menuda mierda. Tiró el tubo vacío al lavabo y se fue dando un portazo.
Ese día las personas que compraron en la frutería de Martín se llevaron a sus casas bolsas pesadas de menos. Por culpa de los señores de Colgate.
Ese día las personas que compraron en la frutería de Martín se llevaron a sus casas bolsas pesadas de menos. Por culpa de los señores de Colgate.
1 comentario:
eres el mago de la palabra...yo leo y releo y pienso..pero ké koño....y luego...AHHHHHHH
jajajajjajajajajajaja
kabronazo!
Publicar un comentario