Tampoco habían pasado tantos días, aunque le seguía pareciendo muy lejano aquel viaje en barco en el que se conocieron. Nunca se hubiera imaginado aceptando la invitación de un desconocido en un lugar cerrado del que no poder escaparse si algo no le gustaba y mucho menos acabaren su habitación, desbocada, haciendo cerdadas de las que luego se arrepentiría.
Ella iba muy elegante con su vestido de noche. Sus padres ya dormían en el camarote y le habían dado permiso para salir hasta tarde -¿qué iba a poder pasar en un barco, verdad?-. Él tenía unas pintas en las que sólo se hubiera fijado para reírse con sus amigas pero esa noche le gustó que un tío con greñas y barba de aspecto dejado le invitara a una cerveza.
Pasaron las horas y las cervezas y ella aceptó pasarse por su habitación para seguir la fiesta. Allí se pusieron cómodos, tirados sobre la cama, y él sacó una botella de vodka del armario. Hablaron, rieron y, en un momento dado, él se quedó en silencio, la miró a los ojos y abrió la boca.
A partir de ese momento ya no pudieron parar. La vergüenza inicial de hacer tanto ruido dio paso a un éxtasis casi primitivo. Ahí estaban los dos, descontrolados, amorales, ajenos a lo que pudieran pensar los demás, ignorando la vocecilla de la conciencia que les decía algo del mañana. Daba igual, era el mejor momento de su vida y tanta naturalidad les hacía sentirse como que se conocieran de siempre.
Antes del amanecer se despidieron con un beso y un abrazo. Ambos sabían que lo suyo no podría ser. No se dieron los teléfonos -no se llamarían aún teniéndolos- y el adiós no supo a hasta luego. Ella se fue a su camarote tambaleándose, extática, radiante. Jamás pensó que pudiera pasarse la noche echando un concurso de eructos.
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3 comentarios:
LOL Still, why would she regret that later... ?
Anda no sabia yo que se podía hacer comentarios en otros idiomas. Aqui va el mío: Remélem hogy nem sokan fogják el olvas ni amit iro, de minden esetre nagyon tetcik a mit irtál. Nem gondoltam hogy böfögésröl fog szoli az égész.
También se encuentra placer y se puede llegar al éxtasis con cosas tan vulgares como eruptar. ¿Y porqué no?
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