Las albóndigas estaban realmente malas pero no quería contrariar a la anciana que estaba sentada al otro lado de la mesa mirando con atención cómo comía y preguntándole -otra vez- sobre él y sobre cómo había llegado hasta la aldea.
Wilfred le sonreía y le contaba cosas acerca de cómo había dejado todo atrás para dedicarse a viajar por el mundo, los detalles más interesantes sobre sus aventuras y cualquier otra cosa que le permitiera dejar de comer durante un rato hasta que la mujer le conminase a tomar otro bocado.
Y es que era mejor tenerla contenta. No quería seguir comiendo albóndigas hechas de sus extremidades mutiladas por la vieja.
Wilfred le sonreía y le contaba cosas acerca de cómo había dejado todo atrás para dedicarse a viajar por el mundo, los detalles más interesantes sobre sus aventuras y cualquier otra cosa que le permitiera dejar de comer durante un rato hasta que la mujer le conminase a tomar otro bocado.
Y es que era mejor tenerla contenta. No quería seguir comiendo albóndigas hechas de sus extremidades mutiladas por la vieja.
2 comentarios:
Joe tio!!!! que macabro, pero genial
>.< no fue buena idea leer mientras comia ¬¬
xDDDD
pero muy bueno!
carpe diem
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