martes, 10 de noviembre de 2009

¿Loco?

Era una noche realmente fría en la que una luna menguante parecía romper el silencio del que el viento se había adueñado. Parecía un hombre solo, perdido, con la mente largamente ida a un lugar donde nadie pudiera dañarla de nuevo. Cada vez que llegaba a una nueva aldea la gente le miraba con pena y recelo, ¡pobre hombre! Un desgraciado sin nada. Y después se encerraban en sus casas a cenar y farfullar hasta la hora de dormir.

Con la ayuda de un viejo abrigo raído que había encontrado la noche pasada, el loco siguió caminando bajo la luz de las estrellas. ¡Qué bueno era no tener nada, nada le impedía ir donde quisiera!